
Bienvenido sentido de realidad con todo lo que eso implica.
Saturno es “lo que Es” no lo que debería ser o me gustaría que fuera. Saturno nos enfoca y concentra. Nos pone límites. Nos muestra que clase de vinculo tenemos con la autoridad, sea esta externa o interna y en ese acto nos enfrenta a nuestra propia autoría. Saturno nos traza una línea y nos dice “Vos sos aquí”. Un maestro austero y exigente que no permite nos excedamos, pero tampoco nos consideremos menos de lo que realmente somos.
Quizá pasemos por un período de desesperanza, de sensación de sinsentido y desgano. Si atravesamos ese tránsito con mirada clara podremos comprender como Saturno nos forja el carácter; nos invita a ser resilientes; a pararnos sobre nuestros propios pies. Nos enseña a optar por lo auténtico y duradero dejando superficialidad, frivolidad e ilusión de lado.

Más prácticos y menos dramáticos, Saturno nos permite ver las cosas de frente, sin auto engaño o ilusión. Liberándonos de las expectativas, propias y ajenas, nos enfrenta a nuestra magia y poesía personal.
Hay algo profundamente noble en Saturno en Capricornio. Es la lealtad, la honradez del justo; el que no abandona a la primera de cambio. Pero también la fría guadaña cuando se han agotado las posibilidades. La joya de Saturno en Capricornio es la Flor en el desierto árido, seco y sin embargo… inmensamente rico. El diamante escondido en el carbón. Es el señor en el umbral, el guardián a través del cual accedemos a lo transpersonal.
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